En los últimos tiempos, dentro del ámbito de los talleres mecánicos vernáculos, ha sido posible comprobar que las naftas utilizadas en el país, traen aparejados problemas no desdeñables. Combustibles que se alteran y se vuelven inutilizables a corto plazo, graves deterioros en las vías de alimentación de nafta, oxidación importante, son algunos de los inconvenientes detectados. Cosas que en el habla del ambientes se ha dado en llamar problemas del uso de “nafta podrida”.
¿A qué se debe todo esto? A la combinación de etanol con las naftas. Algo que se viene realizando oficial y continuadamente desde 2009, con los resultados negativos indicados así como otros, también negativos, pero no tan evidentes. Por ejemplo, la reducción del rendimiento de los combustibles, ya que se necesita aumentar apreciablemente el volumen de etanol quemado si se desea que el rendimiento no caiga. Concretamente, ocurre que el etanol se consume en los motores de un 25% a un 30% más rápidamente que la gasolina. En otras palabras, hay aquí un aumento encubierto del costo de las naftas que ya eran de por sí las de precios más altos del Continente.
Ancap y ALUR, con el aporte de etanol derivado la de caña de azúcar, son responsables de esta circunstancia y esgrimen alegremente sus razones que a menudo no son válidas. Nótese que muchas veces se dice que la nafta con etanol contamina menos. Pero cuando el etanol es producido a partir de caña de azúcar, ello frecuentemente incluye la práctica de quemar la caña antes de la cosecha, lo que libera grandes cantidades de metano y oxido nitroso. Ambos agravan el calentamiento global. Por otra parte, cuando el etanol es producido a partir de maíz, en su ciclo de elaboración se utiliza gas natural o carbón y en el proceso de cultivo se usan fertilizantes nitrogenados, herbicidas de origen fósil y maquinaria agrícola pesada, todo lo cual no luce muy ecológico.
Lo reseñado se acentúa cuando los usuarios de los noveles cócteles nafteros tienen que operar con vehículos de cierta antigüedad. Ello suele ocurrir en Uruguay, donde el parque automotor tiende a la vetustez, ante los altos precios de los vehículos nuevos, usualmente atenazados por impuestos. Cómo será la cosa que, por estos días, hasta en Estados Unidos ha habido movimientos en defensa de los que usan automotores añosos y ven que en breve se les empezará a mezclar la nafta con un 15% de etanol, lo cual afirman que reducirá el kilometraje, aumentará la contaminación, oxidará los tanques de nafta y atacará las partes de goma.
La mejor solución, en nuestro país, sería dejar de lado novelerías y aplicarse a la búsqueda y explotación de nuestros yacimientos de petróleo y gas natural en procura de lograr combustibles de calidad. Sin embargo, Ancap parece haberse entusiasmado más en asociarse en la búsqueda de yacimientos en tierras extranjeras como Argentina o Venezuela, que en tierra firme uruguaya o en la plataforma continental. En esta materia, lo que más ruido ha hecho últimamente ha sido el hallazgo de indicios en la localidad salteña de Pepe Núñez. Pero cabe temer que los buscadores apunten hacia otro lado, como ha ocurrido en otras ocasiones que se estuvo cerca de los hidrocarburos. Recuérdese lo acontecido cuando surgieron los indicios en Poblado Colón y tantos sitios esperanzadores del Uruguay del último siglo.
Fuente: http://www.elpais.com.uy/opinion/quimera-etanol.html